Las briznas de algunos pastos de pradera se protegen a sí mismas a través de afiladas cuchillas de sílice microscópicas a lo largo de sus bordes.

“Las defensas desarrolladas por las hierbas se vuelven demasiado claras si pasas el dedo por descuido a lo largo de la hoja de una de las hierbas más gruesas del prado. Bien puedes cortarte. El daño lo hace una línea de cuchillas microscópicas de sílice”. (Attenborough 1995: 63)

Última actualización 18 de agosto de 2016