El detector de movimiento gigante de la lóbula neuronal (LGMD) de la langosta protege a la langosta de la colisión al filtrar el exceso de estímulos.

Las langostas migran en enjambres que contienen miles de individuos. A pesar del tamaño del enjambre, las tasas de colisión entre langostas son generalmente bajas. El proceso de detección de movimiento es omnipresente entre la mayoría de los animales. El ojo convierte los movimientos en señales eléctricas, las envía a través de una cadena de neuronas y las lee el cerebro. Sin embargo, si una langosta detectara cada uno de los miles de sus cohortes, su cerebro estaría sobre estimulado. Para remediar esto, la langosta ha evolucionado para reconocer solo los movimientos que interfieren con su trayectoria de vuelo. Por lo tanto, solo reconoce los objetos que se mueven directamente hacia él, en lugar de las cosas que se mueven a su alrededor.

¿Cómo hacen esto las langostas? Las langostas convierten el movimiento de cada objeto en un voltaje eléctrico correspondiente. Un objeto que se dirige directamente hacia la cabeza de una langosta tiene un voltaje más alto que un objeto que se mueve paralelo a él. A medida que la langosta vuela, los estímulos en movimiento se convierten en voltaje y viajan por el nervio óptico hasta que golpean una neurona llamada detector de movimiento gigante de la lóbula (LGMD).

Al final de la LGMD, los estímulos deben cruzar una sinapsis neuronal, conectando la LGMD a una neurona llamada detector de movimiento contralateral descendente (DCMD). Una sinapsis es como un río entre dos neuronas, o "masas de tierra", que las señales eléctricas deben cruzar. Solo ciertas señales son lo suficientemente fuertes como para cruzar el río y llegar al cerebro. La sinapsis LGMD-DCMD es particularmente amplia (piense en el río Mississippi) y los estímulos deben tener voltajes excepcionalmente grandes para saltar. En las langostas, solo los estímulos causados ​​por objetos que se mueven directamente hacia ellas tienen ese voltaje. Todos los demás estímulos se descartan o se envían a otras áreas del cerebro.

Este mecanismo esencialmente elimina el "ruido blanco" visual, lo que permite que la langosta se concentre solo en aquellos objetos que interferirán directamente con su trayectoria de vuelo.

Este resumen fue aportado por Allie Miller.

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Última actualización 18 de junio de 2020