Detectar la luz (espectro no visible) del entorno
Los sistemas vivos interactúan entre sí y con su entorno para obtener información. A veces esa información está en el espectro electromagnético. Las longitudes de onda en el espectro electromagnético también se denominan espectro no visible, porque los humanos no pueden detectarlas a simple vista. Estos incluyen luz ultravioleta (UV), luz infrarroja (IR), ondas de radio y otras longitudes de onda. Detectar dentro de estos espectros requiere estrategias más allá de las que se utilizan para la luz visible, por lo que muchos sistemas vivos que dependen de estas señales tienen órganos especializados para hacerlo. Por ejemplo, los escarabajos que se alimentan de árboles quemados tienen órganos sensoriales que detectan la radiación infrarroja emitida por los incendios, lo que les permite ubicar rápidamente un área quemada.
Envía señales de luz en el espectro no visible
Los sistemas vivos interactúan entre sí y con su entorno para obtener información, que a veces se encuentra en el espectro electromagnético. Las longitudes de onda del espectro electromagnético también se denominan espectro de luz no visible porque los humanos no pueden detectarlas a simple vista. Estos incluyen luz ultravioleta (UV), luz infrarroja (IR), ondas de radio y otras longitudes de onda, que los sistemas vivos pueden usar para enviar señales. Esas señales no solo deben estar dirigidas a otros sistemas vivos que puedan detectarlas, sino que deben ser eficientes en cuanto a energía y materiales. Esto crea desafíos y oportunidades. Por ejemplo, algunas arañas tejedoras de telarañas agregan hebras de seda que reflejan los rayos ultravioleta a sus telarañas para evitar que las aves y los abejorros (que pueden ver la luz ultravioleta) choquen contra ellas y las destruyan. Pero debido a que los insectos de los que se alimentan las arañas no pueden ver las longitudes de onda UV, vuelan hacia la red.
Proteger de los animales
Los animales, organismos que van desde microscópicos hasta más grandes que un autobús, encarnan una amplia variedad de daños a los sistemas vivos, incluidos otros animales. Amenazan a través de la depredación, la herbivoría, la defensa, y el parasitismo y competen por recursos como el agua, los nutrientes y el espacio. Cualquier organismo vivo comúnmente enfrenta amenazas de una variedad de animales, lo que requiere estrategias que se defiendan de manera efectiva de cada uno. La trucha y otros peces óseos, por ejemplo, escapan de los depredadores al tener escamas hechas de huesos muy delgados, en forma de escamas, cubiertos con una mucosidad resbaladiza. También tienen estrategias de comportamiento como camuflaje, natación rápida y giros y vueltas para lograr liberarse de las garras de un depredador.